A tal efecto se acordó reforzar con personal de seguridad y técnicos del Programa de Protección Vegetal, el puesto de control Fitosanitario ubicado en la localidad de Tolombón.
El ministro de Producción y Desarrollo Sustentable, Martín de los Ríos, se reunió con su par de Seguridad y Justicia, Marcelo Domínguez a fin de aunar criterios y seguir trabajando en la instrumentación de medidas que permitan conservar el estatus de área libre de Lobesia botrana (polilla de la vid), en los Valles Calchaquíes.
En este marco, la cartera de Seguridad y Justicia tomó la determinación de acompañar el trabajo de la Provincia y SENASA, aportando efectivos policiales para complementar el control fitosanitario en Tolombón.
El ministro de los Ríos valoró el esfuerzo de la cartera de Seguridad “en momentos donde organismos que dependen del Estado Nacional como SENASA se ven dificultados en el cumplimiento de tareas de control. Desde la Provincia facilitamos herramientas para garantizar dichos controles y así cuidar el estatus sanitario que tanto nos costó conseguir”.
Desde la Secretaría de Desarrollo Agropecuario indicaron que desde el año 2021 la localidad de Cafayate y zonas aledañas se encuentran con el estatus de área libre de polilla de la vid.
La labor mancomunada entre Provincia, Nación, Municipios y productores permitió a Salta mantener esta condición, mejorar los volúmenes de producción y potenciar la calidad de la fruta tanto para consumo en fresco como para vinificación.
¿Qué es la Lobesia botrana?
Es una plaga que ataca principalmente el cultivo de vid, por ello se la conoce comúnmente como «la polilla de la vid». Es una plaga de importancia cuarentenaria para la República Argentina que se encuentra bajo control oficial.
Produce daños directos provocando pérdidas en los volúmenes de producción, menor rendimiento por planta, afectando además la calidad de la fruta tanto para consumo en fresco como para vinificación.
Asimismo, favorece el ataque de diversos hongos patógenos que provocan la podredumbre del racimo. En uva para vinificar, los residuos que dejan estos hongos transmiten mal olor y sabor a los vinos (daños indirectos). Además la uva de mesa con destino a exportación debe dar cumplimiento con tratamientos cuarentenarios internacionalmente aceptados que elevan el costo de producción.
Fuente: Secretaria de Prensa y Comunicación